Los puntos de partida expuestos en los apartados anteriores llevan al planteamiento de la necesidad de realizar la protección de los restos, arqueológicos y arquitectónicos, como fase inicial de la propuesta.
La estratificación histórica es el argumento principal de la intervención, buscando su visualización.
Se considera la inestabilidad de los elementos portantes, muros y columnas de apoyo, y su exposición a la intemperie, que puede acabar agravando la misma.
Desde un punto de vista del criterio de intervención, se prioriza la imagen de los restos arqueológicos que constituyen el cuerpo constructivo actual de la Catedral, enfatizando su carácter evocador y su belleza.
Dichos elementos se convertirán en los referentes visuales de este espacio, incluyendo la vinculación con el inmediato Teatro Romano, a través de los restos de muros de la estructura de la “cavea” o de la fachada norte, cierre del “aditus” occidental, existentes en el edificio.
La cubierta que se propone para la protección del edificio se plantea con criterio de neutralización formal, sin entrar en contradicción con los valores a preservar, sino reforzando la imagen de complejidad de las ruinas conservadas, e insinuando las características dimensionales que tuvo: las naves laterales se dimensionan en menor altura que la central; los nuevos soportes, independizados de los históricos, permiten una lectura que evoca la composición de las capillas norte.
La sencilla forma propuesta mejora la visión del conjunto, al proporcionarlo en el espacio, recuperando volumetrías y focalizando la atención en los pilares cruciformes, ábsides, muros de cerramiento y demás elementos arquitectónicos conservados.
El impacto visual de la cubierta es nulo en la imagen paisajística, al quedar el plano a cota inferior a los muros de fachada sur, este y oeste, adaptándose a una mínima elevación respecto de la altura del cerramiento norte, dibujando la del alero.
No se propone la utilización de los antiguos pilares somo soportes, dada la débil resistencia de los mismos, planteando una estructura vertical independiente en el lado norte, que recupera la anterior división nave-capillas, aprovechando sin embargo los apoyos de muros del lado sur.
La mejora de la accesibilidad al edificio es otro de los temas importantes considerados, al igual que las condiciones de evacuación del mismo. Para ello se propone la habilitación de un núcleo de comunicaciones por el acceso de la fachada norte, colindante con la actual salida del recinto del Teatro Romano. Este volumen aloja una nueva escalera y ascensor, así como la actual galería de entrada al teatro, dentro de una envolvente abierta lateralmente hacia el mismo. Este volumen resuelve el paramento donde se inserta la puerta neogótica y plantea la conclusión de la “cavea” del teatro en dicho sector.
La galería de la cripta arqueológica de acceso al Teatro Romano es una intervención de gran interés, no solamente por los restos arqueológicos incorporados en su recorrido, sino por constituir un itinerario de aproximación al teatro de alto valor arquitectónico, por lo que se mantiene en su condición actual.
La imagen urbana de la propuesta se define por su intención de integración en el contexto, especialmente por constituir un referente paisajístico fundamental, tanto a nivel de la Ciudad en su conjunto, como en la relación con el entorno próximo de la calle del Osario y el parque de la Cornisa.
La restitución del volumen superior de la torre-campanario, así como el mencionado nuevo cuerpo de comunicación, obedecen a este objetivo, reforzando la visión lejana de la Catedral o acompañando el sinuoso acceso a la misma.
Cartagena l España
Arquitectos Carlos Campos Arquitectura y Mano de Santo Equipo de Arquitectura
Concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento de Cartagena









